lunes, 3 de mayo de 2010

Dentro...

Por mas que me resistia, pues su caracter resulta ser un tanto extraño y complicado, no entiendo que tiene este hombre que llega a producir en mi reacciones poco usuales en mi. Basta un sonrisa, una mirada, el roce de su mano, para decir que si a todo lo que me pida.

Pierdo el control, pierdo la sensatez y la locura se apodera de mi, ocasionando con ello arrebatos inmaduros y el deseo de estallar en el, de sentir, de tenerlo... de hacer el amor.

Y cosa curiosa, detesto su caracter tan odioso y amargo, pero ahi estoy, pegada, pendiente, preocupada...que me ha hecho, que me encanta, que no dejo de pensar en el...

Ilusionada? Enamorada? no lo se.

1 comentario:

J. P. Hajime dijo...

Y no sé cómo acabé aquí, pero aquí estoy. Y solo se me ocurre decir una cosa: no deberías abandonar estos rincones. En estos rincones somos más allá de lo que suceda en el resto del mundo. En estos rincones sobrevive lo que uno es más allá de lo que el resto quiere que uno sea. Abandonarlos, es abandonar poco a poco la esencia. No hace falta renunciar al resto del mundo, por supuesto. Pero no se debe renunciar a esos latidos. Claro, no tiene que ser aquí ni tiene que ser abierto o público. Mientras exista un rincón, un pedazo de papel en el que no abandones tus letras, es suficiente para seguir existiendo.
Ojalá nuestros caprichos, que sin duda se clavan a diario en el pecho, no nos impidan tomar el vuelo. Por el contrario, que esos caprichos orienten nuestros pasos. Un beso.